Trastornos de conducta
Las conductas agresivas o desobedientes se encuentran de forma habitual entre la población juvenil y son consideradas como parte de un desarrollo evolutivo normal. Ahora bien, hay ocasiones en las cuales estas conductas sobrepasan los límites de los normal y debemos acudir a profesionales que puedan diagnosticar de forma correcta si existe o no un trastorno clínico de conducta.
¿Cómo intervenir con un alumno con trastorno de conducta? Técnicas de manejo de las contingencias.
Refuerzo positivo
Los refuerzos positivos son potentes motivadores en el aumento o mantenimiento de conductas adecuadas. Es conveniente que los profesores presten la suficiente atención a estas conductas si quieren que se mantengan en sus alumnos. La utilización del refuerzo positivo tiene que ser consistente, inmediata y contingente a la conducta que queramos incrementar. Podemos utilizar de forma general:
- Las alabanzas: descriptiva, incluyendo comentarios positivos y motivadores.
- La atención, la sonrisa, un comentario rápido, la mirada.. todo ello puede ser un buen reforzador.
- El contacto físico
- Las recompensas y privilegios
Economía de fichas
Ofrece importantes ventajas, se potencia el valor de los reforzadores a causa de su amplia gama, se maneja la demora del refuerzo y se evitan interferencias con otras formas de refuerzo. Nos permiten individualizar y flexibilizar en su aplicación.
Técnicas para disminuir conductas no deseables.
Extinción. Este principio establece que si en una situación determinada alguien emite una respuesta reforzada previamente y la respuesta no se sigue de una consecuencia reforzante, entonces es menos probable que se emita la respuesta en la misma situación. Intentaremos no hacer caso al niño mientras mantenga la conducta inadecuada, salvo que tenga conductas agresivas con sus compañeros o hacía sí mismo.
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